Friday, December 16, 2011

Beirut ya no son niños


Dicen que el primer concierto de Beirut fue un desastre: entradas a destiempo, falta de coordinación... Parece que la banda ha trabajado a conciencia para dejar esos momentos bien lejos. Zach Condon ha creado un grupo que ha interiorizado perfectamente los mecanismos y ha consolidado un repertorio bien trabajado y que funciona como un reloj en escena.

La banda se presentó en Washington como acostumbra: con todo el poderío de sus cobres por delante. Zach Condon (trompeta y fliscorno), Kelly Pratt (trompeta y tromba) y Ben Lanz (trombón y tuba para demostrar que esta sirve para algo más que poner banda sonora a los paseos de las personas gordas) hicieron temblar constantemente la sala. También acompañaba el genial Nick Petree en la batería (creo que no se valora lo suficiente el carácter único que este chico da a la banda), Paul Collins en el bajo y Perrin Cloutier en el inevitable acordeón, tributo de Zach a la música francesa y balcánica de la que se empapó en sus viajes europeos de adolescente.

Beirut se siente seguro cuando se envuelve en la impresionante voz de su líder, Zach Condon, y su increíble capacidad para componer canciones emocionantes y desbordantes de una personalidad que se ha consolidado definitivamente en el album que se presentó en esta gira: The Rip Tide. La banda mezcló muy hábilmente las nuevas canciones con algunos clásicos inolvidables -Postcards From Italy, A Sunday Smile, Nantes- para guiar al público y a los despistados que aún no se habían estudiado el nuevo disco.

La profesionalización de la banda tras los fiascos iniciales entraña un riesgo algo paradójico: todo parece calculado, los arreglos prácticamente calcan el de los discos, no hay demasiado margen para la improvisación o la reinvención de las canciones... La cosa podría volverse un poco aburrida o previsible. En este sentido se agradece que los bises se iniciasen con una versión de The Penalty a base únicamente de ukelele y -faltaría más- la voz de Condon y que también incluyesen una versión acústica de una canción tan electrónica como"My night with the prostitute of Marseille" (me imagino perfectamente a los padres de Zach leyendo el reverso del disco con los títulos de las canciones y negando con la cabeza y con gesto preocupado mientras mascullan "este chico...").

Puede que el grupo haya perdido un poco de esa espontaneidad y ternura que despertaba cuando a Zach se le olvidaba la letra en mitad de la canción o no recordaba qué canción venía después. Puede que el coste de tanto tiempo juntos y con un repertorio que ha evolucionado pero que mantiene una parte muy importante de los primeros álbumes sea crear una sensación de rigidez y poca espontaneidad. Poco importa: el sonido es excepcional, las trompetas y trombones ponen los pelos de punta en más de una canción, cuando Zach se pone francés nos emociona con su vals y el acordeón de Cloutier, cuando se pone balcánico/gipsy no hay quien se resista a saltar al ritmo de Siki Siki Baba (el final perfecto para los conciertos), los versos de Nantes o de Postcards from Italy son inmortales y uno acaba llegando a conclusiones sorprendentes como que resulta que Nantes estaba en Baltimore y, sobre todo, que la próxima vez que pasen cerca de nuestra ciudad, volveremos. Más que suficiente.


Beirut en 9:30 Club, 14/12/2011
1. Scenic World
2. The Shrew
3. Elephant Gun
4. Vagabond
5. Postcards from Italy
6. The concubine
7. A Sunday smile
8. Santa Fe
9. Forks and Knifes
10. East Harlem
11. Nantes
12. Goshem
13. Cherbourg
14. After the curtain
15. Mount Wroclai (Idle Days)

16. The Penalty
17. My night with the prostitute of Marseille
18. The Gulag Orkestar
19. Siki Siki Baba


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