Thursday, December 24, 2009

Diario de a bordo (1/2): el infierno

El infierno es blanco y frío. Aunque los clásicos identificaron correctamente algunos de los elementos característicos de este inframundo, no deja de ser sorprendente que errasen en algunos aspectos tan básicos como el color y la temperatura reinantes. Al fin y al cabo son características fácilmente apreciables y que nunca pasan desapercibidas para el condenado.
En mi primer (y fallido) intento de volver a Europa pude comprobar en toda su extensión la morfología y funcionamiento de este territorio del mal. La laguna Estigia está totalmente cubierta de nieve. Pura monotonía y desolación blanca. Nunca un elemento intrínsecamente diabólico gozó de tanto aprecio en la mentalidad colectiva. Incomprensible e injusto. El viajero, por su parte, debe en efecto abandonar toda esperanza y no soñar con encontrar ninguna facilidad que le ayude en esta etapa. Caronte no trabaja como taxista o conductor de metro. La travesía es penosa y requiere de cierta “suerte” para que algún alma caritativa le proporcione un medio de transporte. Digo “suerte” porque, como bien sabemos, la laguna Estigia no es más que la antesala del Hades. No hay nada de afortunado en concluir la travesía.
El Hades profundiza en la frialdad y desolación transmitidas por la nieve pero de un modo diferente y, sin duda, más cruel y sutil. El Cancerbero no es sino un control de seguridad que inculca en el condenado una sensación de indefensión y de vulnerabilidad que no le abandonará durante el resto del periplo. La arquitectura del Hades es fría, impersonal y previsible. Se suceden los locales “Duty free” (o vacuidad libre de impuestos) y otros lugares comunes de escaso o dudoso interés. Lo peor es la sensación de extravío, incertidumbre y, como dijimos, vulnerabilidad ante un sistema que se despliega ante nosotros de manera extraña y casi misteriosa. Cuando el condenado descubre que debe permanecer en el Hades un tiempo indefinido (la condena se administra lentamente haciendo creer que sólo se producirá un breve retraso en la salida hasta que se confirma que la estancia será indefinida) no hay asidero posible. El alma en pena se ve arrastrada por una marea en la que, al intentar salvarse de manera compulsiva, todos entorpecen a todos. Se producen inmensas colas intentando alegar que hay un error, que uno fue muy buena persona en la otra vida y que no debería estar ahí. Los instintos más bajos salen a relucir. La paciencia y la empatía ceden ante la desesperación, el agotamiento y la impotencia. La violencia canaliza el inmenso sentimiento de frustración. Todo es en vano. Los mecanismos de la gran maquinaria son inmunes a los intentos de rebeldía de esos pequeños individuos. Los demonios de Ivan Illich cobran vida y los hombres se ven sometidos a la dictadura de una maquinaria exquisitamente racional pero perversa sobre la que en algún momento creyeron tener el control.
Su vuelo ha sido cancelado. Bienvenido al infierno.

Canción del día/Chanson du jour

Sunday, December 13, 2009

Un instante / Un instant

La música estalla en el interior invadiéndolo todo. No hay lugar para nada más. Ni siquiera para esas preocupaciones que hace unos segundos nos parecían tan apremiantes.

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La musique explose dans notre intérieur en envahissant tout. Il n'y plus de place pour quelque chose d'autre. Même pas pour ces soucis qui quelques secondes avant avaient l'air tellement pressant.

Canción del día/Chanson du jour

Wednesday, December 9, 2009

Historias dulces (I): 15 dias que cambiaron el mundo

La diabetes no es una enfermedad terrible. Lo que, en cambio, no puede negarse es que es una enfermedad que cambia la vida. De repente, me he convertido en un medidor de carbohidratos, en un analista implacable de las etiquetas de información nutricional, en un administrador de las agujas y de la insulina, en un anotador metódico de niveles de azúcar en sangre dos veces al día...
Debo medirme el azúcar nada más levantarme (en ayunas) y dos horas después de una comida (siempre lo hago a mediodía). Los dos gráficos de abajo muestran la evolución de mi azúcar en sangre durante los quince días en que llevo midiéndolo (haciendo click sobre ellos podréis verlos mejor). La gráfica azul representa las mediciones de la mañana. Los niveles que se consideran normales son los comprendidos en la franja delimitada por las dos rectas rojas. La segunda gráfica, con la línea verde, representa las mediciones del mediodía/tarde. Los niveles normales son aquellos entre la recta inferior roja y la recta superior roja o azul (el límite superior parece depender de con qué asociación o médico se hable). Las líneas rectas negras en cada una de las gráficas no son más que un ajuste lineal mostrando la tendencia de las medidas (la típica regresión por mínimos cuadrados ordinarios, para los lectores economistas o con conocimientos econométricos).
Es emocionante comprobar cómo el ejercicio diario, la alimentación sana y mi amiga la insulina empiezan a surtir efecto. Estos han sido los 15 días en que el mundo ha empezado a cambiar.



























Canción del día/Chanson du jour

Saturday, December 5, 2009

Towards a new man?

Nuevo post en Publicly Economic. El artículo que comento no tiene desperdicio.

Nouveau billet dans Publicly Economic. L'article commenté vaut vraiment le coup.