Sunday, July 25, 2010

Soy español, ¿a qué quieres que te gane?

"[El espectáculo deportivo televisado] ha de atender las exigencias de los espectadores y amoldarse a las preferencias de los diferentes públicos nacionales por este o aquel deporte e incluso a las expectativas nacionales o nacionalistas, mediante una selección sagaz de los deportes y las pruebas susceptibles de aportar éxitos a sus ciudadanos y satisfacciones a su nacionalismo"

P. Bourdieu, "Los Juegos Olímpicos: programa para un análisis" en Sobre la televisión.

En los últimos días, España está invadida por una cierta euforia y sentimiento de omnipotencia gracias a los éxitos deportivos. Se acumulan las noticias sobre competiciones ganadas, se enumeran los deportes en los que los españoles sobresalen y Facebook -ese histriónico termómetro social- ya ha creado una página llamada "Soy español, ¿a qué quieres que te gane?" que cuenta con 607 adeptos.
Es innegable que España ha experimentado una mejora en su nivel de competitividad en ciertos deportes y también creo que, en muchos casos, los deportes en los que más se ha mejorado son aquellos en los que España tiene más tradición o afición histórica. El fútbol, el baloncesto o el ciclismo son los ejemplos más evidentes de ello. Admitiendo esta causalidad que va de la afición a los éxitos, no creo que haga falta demasiado gusto por la provocación o desempolvar frases de viejas lecturas de Bourdieu para darse cuenta de que en muchas ocasiones la causalidad es exactamente la contraria: los éxitos crean afición. Dando otra vuelta de tuerca a la causalidad inversa podría decirse que los éxitos se utilizan como un pretexto para crear afición y ofrecer una visión (interesadamente) sesgada que realce el orgullo patrio. Haciendo gala de cierta malicia, creo que la pregunta de la página de Facebook ("soy español, ¿a qué quieres que te gane?") podría contestarse con algo así: querría que me ganases a rugby, baseball, ping-pong o críquet. Se podrá argumentar que estos son deportes que tradicionalmente no se han practicado en España. Esto podría explicar la falta de afición y, por tanto, la falta de competitividad de los españoles en estos deportes. Clásica causalidad de la afición al éxito, al fin y al cabo. Simplemente realizaré dos apuntes al respecto. En primer lugar, la falta de afición histórica sobre la Fórmula 1 en España no ha impedido que, cuando Fernando Alonso ha empezado a ganar títulos, las noticias sobre Fórmula 1 hayan ganado un puesto de privilegio en las secciones de deporte de todos los medios de comunicación. En segundo lugar, aún olvidando el primer comentario, creo que la idea principal que tenía en mente al escribir la entrada es inmune al argumento "de la afición al éxito": la omnipotencia deportiva de los países es una realidad tremendamente relativa (por no decir falsa) y sujeta a un más que discutible afán por promover el orgullo patrio frente a los rivales extranjeros. Quizá lo que pasa es que soy un mal patriota. Qué le vamos a hacer.

* Actualización (6 de noviembre de 2010): La farsa y el patriotismo de hojalata más al descubierto que nunca.
* Acutalización (II): Leído hoy (16 de noviembre de 2010) en la entrevista digital a José Sámano en El País:

PREGUNTA DEL LECTOR: Yo quisiera saber porque con la formula 1 hay tanta imparcialidad y si gana cualquiera que no sea alonso es por trampas o errores de los demas, no lo entiendo y no creo que se solo se le apoye por ser español, si por ejemplo en motos gana Valentino Rossi u otro no dicen que se lo merecia mas lorenzo o pedrosa porque hiubo trampas o fallos o lo que sea digo yo, no se dan cuenta de que hay mucha gente que le tiene mania a alonso por cosas como esta un saludo

JOSÉ SÁMANO: Estoy muy de acuerdo con usted. Con Alonso hay un miramiento patriótico que en muchas ocasiones me parece excesivo. Alonso es un excelente piloto, pero con tachas, con comportamientos (como en McLaren con el asunto del espionaje) de dudosa fidelidad a quien le paga (...).

8 comments:

Martín said...

Yo creo que es cierto que a veces se exageran las cosas un poco, pero los resultados deportivos están siendo tremendos.

El fútbol es sin discusión el deporte más internacional que hay y somos campeones de Europa y del Mundo.

Tenis, baloncesto, ciclismo, F1 y motos son claramente deportes mundialmente seguidos y en los 4 estamos claramente dominando.

Lo que sería ya la hostia es que España dominara además en baseball, criquet y rugby.

Me meto en www.mostpopularsports.net y veo que España domina en 3 de los 10 deportes más populares globalmente. Eso es una barbaridad, teniendo en cuenta el lugar que ocupa España en términos económicos o demográficos.

Martín said...

Ooops, eso de q estamos dominando en F1 ha sido más un deseo q una realidad... esperemos un par de meses y será verdad... ;)

Julio said...

Lo que me fascina es el uso de la 1ª persona del plural para hablar de los éxitos deportivos de ciertos deportistas. No me suena que ningún Martín le diera el pase a Iniesta.
La cuestión es la validez del vínculo ¿realmente es tan importante el marco nacional HOY, cuando las principales decisiones se toman en niveles mayores o menores (de lo global a lo local, del FMI a la conselleria de Rita)?

No suelo protestar mucho frente a rituales simbólicos arbitrarios. Al fin y al cabo, casi todo es arbitrario, y los símbolos son importantes aunque las más de las veces puedan parecer ridículos. Lo que digo es que hay un desfase entre la comunidad simbólica (la del DNI) y la política (o ciudad, o comunidad lingüísitca, o mundo, pero ¿países? ¿para qué?).

Para terminar, una reflexión y una profecía:

a) ¿Qué clase de comunidades imaginadas se pueden crear en base a rituales centrados en juegos de suma nula? Los basados en la alteridad, un Nosotros que se sustenta únicamente en el Los Otros.

b) El día que Laporta asuma definitivamente su rol berlusconiano, será el primer president de una Catalunya independent y fascista; y el marco de referencia será una Europa-Fortaleza (Bauman) en el que los equipos galácticos del fútbol (los Milan, Manchester, Bayer...) se enfrentarán cada fin de semana en una Champions League tipo NBA. Nadie mire entonces a Melilla, porque se asustará.

PS: Muy acertada la referencia a Bourdieu. El libro de la televisión es muy bueno, aunque como todo en este campo que cambia tan rápido, hay que revisarlo (television por cable, espectáculo en internet...). Aun así, el fondo me parece que sigue vigente.

Alvagó said...

Creo que Martín señala un punto indiscutible (los resultados deportivos de los españoles han mejorado en muchas disciplinas) y además le agradezco mucho el link sobre "most popular sports". Aunque supongo que hay mucho que hablar sobre qué deportes deben considerarse más o menos populares (¿debe darse prioridad a la población que practica ese deporte habitualmente?, ¿al número de países donde se practica?) creo que era necesario algún tipo de referencia de ese tipo. Efectivamente, 3 de 10 deportes en los que los españoles dan la talla es un resultado más que respetable. Mantengo, sin embargo, mi provocación/constatación inicial: los éxitos deportivos son utilizados de manera un tanto parcial para reforzar el orgullo nacional. No me atrevo a ir mucho más lejos por cuestiones de tiempo, espacio y prudencia.
A Julio le diría que me parece lógico que la gente apoye y sienta cierta identificación con España. Al fin y al cabo, puestos a elegir, siempre habrá una sensación de mayor proximidad y puntos en común con Piqué o Casillas que con van Bronckhorst o Robben. El problema está cuando el deporte se lleva a terrenos peligrosos y se establecen paralelismos y actitudes agresivas en relación al otro (ignoro si esto es un riesgo inherente a los juegos de suma nula, por retomar la expresión de Julio... también me temo que no aportar nada en este punto es dejar intacto el quid de la cuestión).
En lo que respecta a la profecía de Julio (que me la tomo más como otra de sus grandes provocaciones), la dejaré en reposo para madurarla y reflexionarla como es debido. Como economista, reconozco que soy tremendamente prudente -y averso dados los precedentes en la profesión- en lo que respecta a predecir el futuro ;)

Hank Quinlan said...

Glups, suena duro oírte decir que no eres lo suficientemente patriota, yo que te colocaba en el top five de mis amigos ordenados por su patriotismo.

Es curioso. Tuve esta discusión hace poco con un amigo norteamericano. Él estaba asombrado por el hecho de que un país pequeño como España (pobre y poco avanzado, quiso añadir, pero se contuvo) estuviera ganando tantas cosas en deportes tradicionalmente reservados a países grandes (ricos y desarrollados) como el suyo. Y hablábamos de tenis.

Yo jamás me he sentido patriota, en ningún sitio (no he visto la final de la copa del mundo de fútbol, y eso que estaba fuera de España; a ver quién supera eso). Sólo puedo decir que todo lo que dice Álvaro me parece, como casi siempre, bien, aunque él no se lo crea.

Si pudiera añadir algo, me gustaría urdir un ejercicio de política revolucionaria tan barato como organizar competiciones deportivas internacionales, con el único propósito de devorar, e intoxicar, todo nacionalismo, empezando por el hispano.

Nada haría más para acabar con la sin razón de cualquier patria (excluyendo a la infancia) que una Ryder Cup de fútbol entre Europa y América, o una copa de baloncesto entre Cataluña norte y Cataluña Sur, poniendo el límite en la calle Francesc Maciá de Badalona, que acabe en una tangana incívica y mediterránea.

Ni un Laporta berlusconiano o un Josemari en planchada camisa azul serían capaces de sostener la identidad nacional envenenada por la pasión deportiva. Imaginen una final de la World Soccer Cup, en Maracaná, Iniesta enlazando una volea incontrolable para convertir el gol de la victoria en el minuto 22 de la prórroga, y girándose para buscar, y besar, a Schneider por su asistencia imposible.

Ni siglos de vida en común, ni nacionalidad histórica que se precie, resisten ese ataque a la línea de flotación de nuestros instintos más brutales, y tribales, en los que se cimenta esa exclusión atroz del otro que llamamos para no llorar nacionalismo.


PD: Muy buena tu entrada, Julio.

Martín said...

Si bien el matiz es más sutil en el caso de deportes individuales (caso de Nadal o Contador, que incluso pertenece a un equipo extranjero), en el caso de selecciones nacionales la cuestión no puede ser más simple.

Por tanto a mí me fascina la fascinación por el uso de la 1ª persona del plural para hablar de los éxitos deportivos de las selecciones nacionales. La explicación que da Álvaro sobre la mayor identificación con Casillas que con Robben creo que no es la clave del asunto. La selección española de petanca es, como su nombre indica, una selección de los mejores jugadores de petanca entre toda la población española (de entre todos nosotros!) y representan a España en las competiciones internacionales. No es como el Real Madrid o el Milán. Casillas no puede elegir jugar con Alemania. Y le guste a Casillas o no, representa a España. Por la sencilla razón de que el chambao, nos guste o no, está montado así. En un pueblo de 1000 habitantes nadie se fascina por el uso de la 1ª persona del plural para hablar de los éxitos deportivos del equipo del pueblo. Al ir a escalas más grandes, simplemente se pierde perspectiva.

Una cuestión muy distinta es lo que cada persona se identifique con el concepto de España o lo representado que uno se sienta por la selección de petanca. Pero eso es otra cuestión.

Anonymous said...

Pero por Dios!!!

Un poco de cordura... comparáis el criquet o el ping pong..con el fútbol, el tenis, balocento o ciclismo???
La verdad esque pensandolo bién, las primeras marcas contratan a primeras figuras del criquet y el ping pong para sus anuncios, verdad??

En cambio Nadal, federer, cesc Fabregas o Amstrong no los conoce nadie... A que sí?
Madre mía!si el que no se consuela es porque no quiere!!, preguntad en una aldea perdida de África y haber si saben un solo nombre de un jugador de criquet, en cambio en cualquier lugar del mundo por remoto que sea,te podrán decir muchos jugadores de la liga española.

Y un poquito de humor.. porque ya tienes que tener la mente retorcidilla para ver malicia, en un grupo de facebook con guasa,aunque con un transfondo de verdad claro está.

Alvagó said...

Querido y valiente crítico anónimo:
El eurocentrismo es un defecto que a menudo se achaca al gremio al que intento ingresar algún día (el de los historiadores económicos por si no me conoces lo suficiente). Parece que, en ocasiones, poco existe más allá de lo que pasó en Europa. Uno diría que en ciertos casos el satisfecho investigador europeo tiene serios problemas para recordar que hubo vida y cultura más allá de su parcela. Una adoración y obcecación con el ombligo propio que resulta sorprendente en un momento en que es bastante complicado olvidarse de que estamos en un mundo algo más complejo, rico y variado.
Si uno va a la India o a Pakistán, podrá comprobarse que los jugadores de críquet son tanto o más populares que los de fútbol. Claro que sólo hablo de dos países que suman 1300 millones de personas. Una nimiedad, ¿no?
Las primeras marcas que utilizas como referencia para medir la popularidad de un deporte no considera que todas las personas sean iguales. Una persona con 5 euros en el bolsillo es cinco veces más valiosa que una persona con 1 euro en el bolsillo. Siendo esto así, no me extraña que las marcas promocionen a figuras de los deportes donde la gente es "más importante". Por otra parte, no me extrañaría que Nike o Adidas haga anuncios con las figuras de críquet en India. Yo he visto muchos anuncios con figuras del fútbol americano en USA y ninguna en España.
Y no tengo nada contra los grupos de Facebook. Me dan excusas perfectas para abordar temas que me interesan y debatir con gente de menta rectilla como usted. Todo un lujo.