Saturday, May 21, 2011

Apuntes rápidos, necesarios y desinformados

Desde el vértigo de unos últimos días en Maryland antes de volar a España, siento la necesidad de no obviar lo que está pasando en España. Estoy muy lejos de conocer en profundidad la dinámica del movimiento 15-M (razón más que suficiente para que el lector para aquí y no pierda su tiempo con el resto de la entrada), pero mis lectura apresuradas y parciales me han sugerido una serie de apuntes rápidos que esbozo de manera un poco caótica y desordenada. Seguramente albergo la esperanza de que alguna de las almas caritativas que se dignan a visitar este blog me reprenda o me señale dónde puedo matizar o ampliar las dudas o ideas que esbozo:
* El manifiesto del movimiento me parece tan bienintencionado y lleno de buenas intenciones como vacío y vago.
* La organización en comisiones puede ser una idea muy interesante para fomentar el debate ciudadano e intentar traducir el movimiento en alguna idea o línea de acción más concreta que lo que tenemos hasta ahora. No iría tan lejos como para pensar que esto es una nueva oportunidad para el sueño autogestionario (de hecho creo que no lo es) pero sí que es una prueba muy interesante de ver hasta qué punto el tan cacareado "debate público/democrático" puede desarrollarse. Esta puede ser la gran victoria y aportación del movimiento ciudadano.
* Desconfío profundamente de los movimientos que denostan y descalifican nuestras instituciones democráticas. No sé si el 15-M lo hace pero a veces percibo derivas peligrosas en este sentido. Me parece útil traer a colación un extracto de un comentario de Quinlan en otra entrada que me parece muy pertinente para calmar los ánimos e intentar aportar lo que yo creo que es una perspectiva más útil y constructiva: "La historia de los intentos de resolver los problemas de la democracia burguesa sustituyéndolos por sistemas alternativos sugiere que, primero, es necesario probar que hay instituciones alternativas sólidas que no acaban convergiendo a un 'pésimo' paretiano". Amén.
* La indignación a la Hessel es comprensible pero también genera dudas razonables.
* Pese a que la Junta Electoral Central prohibió las manifestaciones, el Gobierno ha decidido no intervenir mientras no haya altercados. Punto positivo para un gobierno que imagino que pertenece a esa curiosa amalgama que los manifestantes denominan PPSOE. A veces hay diferencias marginales que no son tan marginales.
* Se me puede acusar de inmovilismo o de "parálisis científica" y lo asumo. Por desgracia la historia está llena de situaciones en las que los movimientos "revolucionarios" no han tenido en cuenta el contrafactual más razonable al que puede llevar su fracaso. La II República Española en el siglo XX o los casos de Afganistán e Irak hoy en día son ejemplos algo extremos de cómo un proceso de cambio drástico bienintencionado (se instauran instituciones más democráticas) pero poco adecuado a la lógica que rige el sistema político y económico da como resultado una situación peor que la que existía previamente. España hoy en día está lejos de la inmadurez democrática de estos ejemplos históricos o contemporáneos, pero tampoco puede olvidar las lecciones que se pueden extraer de ellos.
* Espero muy sinceramente que el tiempo deje en ridículo todos y cada uno de los temores y reservas que he sugerido en esta entrada. De momento, me aparecen como restricciones e incógnitas que no podía obviar al tratar este tema.
* Hoy hay que votar. Sí o sí.

6 comments:

Julio said...

La referencia a Pareto me permite divagar:
Estoy terminando un artiguinho comparando al autor del "Tratado" con los personajes de Kafka. No me parece para nada intrascendente la ecuación:
"Pareto + D'Annunzio = Mussolini.

Este 15 M tiene mucho de revuelta boba, indignación barata, desenfocada. Lo que más me preocupa es como (y quién) va a canalizar esa indignación. Lo que más me preocupa es PxC y España2000, que no deben estar tan descontentos con esa indignación.

Vigilancia.

Rayko said...

Personalmente, no puedo estar de acuerdo con muchos de tus apuntes. Supongo que encontrarás a alguien que te lo pueda explicar mejor, pero me gustaría decir algunas cosas.

La crítica a no tener "las ideas claras" es una de las más repetidas. Y no me refiero en las plataformas de Intereconomía, sino en El Pais, por Quim Monzó,...Sin embargo, este movimiento SI tiene un manifiesto común, pero es importante señalar (al menos, en Barcelona) que cada persona tiene sus motivos para estar allí. Es por eso que puede parecer un movimiento ineficaz y que no dan medidas reales (medidas que tampoco aparecen muchas veces en los panfletos y manifiestos de los partidos políticos, dicho sea de paso).

Sin embargo, para mi está muy lejos de todo esto. La gente, ante unas situaciones que les INDIGNAN, salen a la calle indignados.¿Hay que pedir al pensionista que ha trabajado toda la vida soluciones economicas y políticas concretas? ¿Crees que ellos tienen la obligacion de saber EXACTAMENTE el COMO se mueven los hilos fiscales? Yo,por ejemplo, veo a ancianos y pobres deshauciados, a jovenes ahogados por una hipóteca,...Y sin ser abogado ni economista, sólo salgo a la calle a decir: ESTO ES INDIGNO. No sabria las mejores soluciones, Alvagó, no soy tan pretencioso. Sólo sé, como los de Sol, que lo que veo no me gusta. Y me voy a manifestar para que esos políticos a los que el pueblo (ainss....)vota, sepan que ESAS COSAS no me gustan.

Robert

PD: Revuleta boba? Indignación barata? Lo mejor de no ser representado por nadie es que yo SI podría decirte los motivos por los que me indigno. Atrévete, si quieres, a preguntar a esos ciudadanos sus porqués y no pretendas unirlos a todos bajo una etiqueta. Pues esas etiquetas son las que han llevado a este pais al bipartidismo (derechas vs izquierdas)

oxnex said...

Un detalle Señor Indignado:
Como el excelente post de Alvagó apunta, tanta indignación genera "dudas razonables".

Mia Wallace said...

Alvagó,
Coincido contigo en cuanto a que el manifiesto pueda resultar vago. Lo es, de hecho. Unas cuantas ideas de lo que debería ser “el mundo ideal”. No os equivoquéis. Coincido, comparto y apoyo muchas de las reivindicaciones que se han ido haciendo alrededor de
este movimiento (toda una amalgama de diferentes ideas, posturas y perspectivas). Muchas de ellas me parecen de un sentido común aplastante (sobre todo, las que tienen que ver con nuestra querida clase política).
En cuanto las comisiones, la autogestión y demás formas de organizar la acción a mi me resulta, al menos, interesante. Como incubadora del debate; como motor de actividades y otras líneas de acción por parte de la ciudadanía. Para mí, es algo positivo pero, eso sí, perdóname que dude de lo que tu llamas “sueño autogestionario”. Pero, nunca se sabe…. y si nadie sueña (imagina, plante) que se pueden cambiar las cosas nunca se cambiarán.
La democracia es el menos malo de los sistemas (al menos, de momento). Nunca diré que no se puede cambiar; que no podemos encontrar otro mejor; pero… de momento no he encontrado una alternativa. Soy de las que piensa que era nuestra obligación ir a votar ( aunque una abstención (o votos nulos) del 100% me hubiera parecido una buena manera de decir “no me gusta”. Genial lo del pueblecillo de Tarragona, La Vilella Alta, en el que no han ido a votar ninguno de sus 112 censados). A pesar de todo, no negaré mi desencanto con el sistema que tenemos. Me crispan los titulares que afirman “los ciudadanos no condenan la corrupción con sus votos”. Aún cuando me hierve la sangre ver que la gente avala este tipo de comportamiento al votarlos (a unas listas ya dadas), creo que el problema radica en que se les permita hacerlo. Debería ser una buena legislación la que impidiera que tipejos de esta calaña ocupen cualquier tipo de cargo público (en fin… va a ser curioso ver a un presidente electo sentado en el banquillo de los imputados).
Por cierto, yo también comparto vuestras dudas respecto a esta indignación.

Anonymous said...

Gracias por recordarme el link que a había puesto Alvagó (y que, está claro, había tenido la delicadeza de leer). Aún así, quería reafirmarme y decir que yo no hablaría de “dudas”, razonables o no. Más que nada porque esas dudas, que ya han sido repetidas hasta la saciedad por todos los medios de comunicación, sólo pueden llevar al miedo y, este, a acabar con una iniciativa ciudadana en el marco de lo más democrático que, según algunos, España ha visto en años: un movimiento ciudadano que hacía mucho tiempo que no se veía (¿quizás las mobilizaciones contra la guerra en Irak?). Dudas como:¿Quiénes son?¿Qué hacen?¿Qué piden?¿Serán violentos?....sólo llevan al rechazo de ciertos sectores en una concentración que busca aúnar a todos los que nos indigna esta situación.

Por mi parte, si tuviera que decir algo que definiera mis “reservas”, sería citar la advertencia de Julio, pero en otro tono. Vigilancia, sí. Pero no de que los partidos de extrema-derecha acojan al movimiento en su seno (como aún no han hecho ni creo que hagan, dicho sea de paso, ya que ellos tienen movimientos alternativos (http://www.masby.net/ ) aunque me hubiera gustado un movimiento común, entre todos, con el diálogo carente en este bipartidismo). La vigilancia debe de recaer sobre evitar que CUALQUIERA se adueñe de este movimiento, sea el partido que sea. Sería una buena iniciativa en las manos equivocadas.

Robert

Hank Quinlan said...

Indignarse está más que bien, tal y como está el patio, por mucho que la indignación me temo que esta vez tampoco vaya a mover estas montañas. No está mal recordar que dos tercios de los ciudadanos de este país han votado en las municipales. Eso es un porcentaje similar al de otras convocatorias y entornos.

Dos tercios de esos votantes han apoyado con sus votos al PPSOE. Eso nos da una medida razonablemente precisa del apoyo directo y explícito que los dos partidos tienen: casi la mitad de la población en edad de votar (sobre el 45%). Con la que está cayendo, eso me parece un plebiscito ganado, y me recuerda al resultado de las elecciones de Junio del 68 en Francia, en la que no triunfaron precisamente los indignados.

¿Cómo definir la voluntad del pueblo?, ¿cómo medir su indignación? ¿por el número de acampados o de votos? ¿todas las abstenciones son fruto de la misma indignación? ¿debemos hacer caso a nuestro cuerpo y aplaudir a los primeros y condenar a los segundos como alienados que no saben tomar decisiones autónomas? Encontrar respuestas no siempre es fácil.

Dicho lo cual, a mí me parece que el 15-M es un movimiento de izquierdas en su sentido más moral, y hermoso, y tan necesariamente ingenuo como su manifiesto, lo que no es preocupante para mí. Nadie en su sano juicio puede reclamar a un manifiesto que no va a ninguna parte propuestas detalladas de reforma de la regulación del sistema financiero mundial, o de la política monetaria de la UE.

Cualquier movimiento que defienda valores tan razonables como la democracia real debe ser considerado como una pequeña victoria, frágil bajo la violencia de la policía, tan bien representada en esa imagen de unas manos que se alzan para decir basta a una injusticia, en una cadena que a pesar de tantos enemigos poderosos, aún no se ha roto en la historia.

La revuelta es un derecho a reclamarnos vivos, aunque no sepamos que hacer con nuestras vidas, y menos aún con la de los demás.