Saturday, October 16, 2010

La música como paradigma de lo inmaterial

Títulos rimbombantes para ideas sencillas y en absoluto novedosas o sofisticadas. Puede que en el futuro sea un buen economista después de todo.
Mucho se ha escrito sobre las posibilidades y retos que plantea la creciente importancia de la inmaterialidad en nuestras sociedades. Filósofos, teóricos de la ecología política e ilustres blogueros ya llevan un tiempo dando vueltas a las posibilidades que ofrecen las redes o los cambios que puede propiciar la creciente importancia del "general intellect" en nuestros sistemas productivos. Lo inmaterial en sus múltiples acepciones y manifestaciones cobra una gran importancia para algunos teóricos de la ecología política o para los partidarios del llamado capitalismo cognitivo.
Pese que algunos aún intenten poner puertas al campo, parece que algunos ejemplos de la realidad dan la razón a los defensores de esta nueva realidad y a los cambios que lleva aparejados. Me gustaría centrarme en un ejemplo que quizá aclare un poco las cosas: la música. Tradicionalmente el negocio de la música se asociaba a la venta de discos (vinilos, cassetes, CDs...). Sin embargo, la aparición del Mp3, Youtube o programas de descarga on-line han desprovisto de soporte material a gran parte de la música que escuchamos en nuestro día a día (más allá del reproductor de turno, claro) y han facilitado enormemente la copia y transmisión de los ficheros. Lógicamente, los artistas se han dado cuenta de este cambio y han actuado en consecuencia. Es común poder encontrar discos enteros que han sido colgados en internet por los propios autores para que la gente pueda oírlos gratuitamente. Esto no creo que sea algo aislado o anecdótico: podéis comprobar que los últimos discos de Yann Tiersen, Gogol Bordello o Do Make Say Think, pueden escucharse de principio a fin y tantas veces como queramos con sólo un click.
¿Los artistas se han vuelto locos? En absoluto. Simplemente se han dado cuenta de que entramos en una era en la que hay que cambiar de estrategia: en el caso de la música lo importante (y lo rentable) son los conciertos. El espectáculo en directo ofrece posibilidades fuera del alcance del disco o del mp3: las canciones se reinventan de manera sorprendente, el concierto se convierte en una fiesta que se prolonga hasta quién sabe cuándo en cualquier bar de la ciudad, la música en directo se acompaña de de proyecciones que dotan a cada canción de una personalidad y una fuerza únicas, la música se acompaña de espectáculos circenses... Todo esto son algunos ejemplos de cómo los conciertos añaden otra dimensión a la música, crean otro producto totalmente distinto al disco convencional y demuestran que la reinvención es posible. El disco y la música de estudio deja de ser un fin para convertirse en un medio para asegurar el éxito del concierto.
Así pues, parece que muchos artistas ya se han dado cuenta de que lo importante no es crear métodos anti-copia más sofisticados o amenazar (de manera un tanto patética y poco creíble) al internauta. La SGAE y sus compañeros pueden seguir dando palos de ciego y generándose un odio infinito. Afortunadamente otros ya se han dado cuenta de que, simplemente, todo es cuestión de adaptarse a un nuevo contexto en el que las viejas recetas ya no funcionan.


Canción del día / Chanson du jour

3 comments:

Mia Wallace said...

Aaaaaaaaaaahhhh!!! Parece que me leas el pensamiento. Fan de la música con todo mi ser. Enganchada a ella la mayor parte de las horas que tiene el día. Pero, sobre todo, amante incondicional de la música en directo. Es ahí dónde en realidad, un buen músico lo demuestra; donde conecta con la gente y donde te eclipsa.
El soporte ha cambiado. Prácticamente es un hecho (piensa en la cantidad de gente que en su casa ya no tiene un reproductor de cd y la música toda la escucha en su reproductor de mp3 o en los medios infinitos y alternativos que ofrece la red). La venta de discos en iTunes o Amazon cada día se incrementa. A precios más que razonable. Si quieren ser músicos (ó artistas, lo que prefieran llamarse) que curren, lo siento, pero que curren. Lo que para mi quiere decir... que den conciertos. No me escuece pagar 30€, 60€ ó lo que haga falta para ir a un concierto que me ofrece 2h, aproximadamente de espectáculo; pero si lo hace tener que pagar 27-30€ por un CD- Y para qué nombrar a los de la SGAE.... nada bueno voy a decir.
Que hagan giras. Que den conciertos. Que llenen salas, teatros, estadios o lo que sea.... pero bueno,ya sabes que para mí la música en directo me apasiona.. ya sea quien sea.

Besos.

Hank Quinlan said...

Aunque entiendo lo que quieres decir con 'capitalismo cognitivo', me suena inquietante. Me recuerda mucho a 'cognitive economics', un eufemismo de 'behavioral economics'.

Un subconsciente traiciona a alguien, puede que sea el mío. Pero, por si acaso es el tuyo, háztelo mirar. Yo ya me hago una revisión completa cada 10,000 papers.

Julio said...

Ouch, no sé como este post me había pasado desapercibido.

Bien, vuelvo ahora, después de que en Dziga estén hablando de Lessig y Creative Commons. He estado comentando por ahí, así que no incido en lo mismo...

Sólo comentarte que acaba de caer en mis manos un libro de Andrea Fumagalli, Biopolítica y capitalismo cognitivo, que me dispongo a devorar. Esta publicado en CC en "Traficantes de Suenhos", la misma editorial de aquella otra compilación que me pasaste.

Seguiremos comentando, que es una actividad que convalida la revisión de subconscientes (cada 10.000 papers) que prescribe Quinlan... jejeje...

(Por cierto, para un abordaje jurídico-administrativo, tal vez e interese esta gorriná, o estas diapositivas, que se quedan un poco cojas sin palabras, pero en fin, algo es algo.