Mientras añado un nuevo artículo en francés a mi lista de "Artículos que me han gustado" me doy cuenta de hasta qué punto el hecho de aprender esta lengua ha sido importante en mi vida: el francés me ha abierto las puertas de autores y de movimientos que sospecho que habría tardado mucho en encontrar (suponiendo que lo hubiera hecho) de no hablar la lengua de mis vecinos europeos. Para bien o para mal, esta lengua ha sido vehículo de encuentro de amigos excepcionales y de ideas que me han emocionado, revolucionado y transformado profundamente.
Llego de este modo a un convencimiento y a una paradoja.
Me convenzo de que todo el mundo (y en especial los estudiantes) deben salir de casa, deben abandonar la comodidad de la ciudad natal y de los lugares familiares para descubrir nuevos países, lenguas y maneras de concebir la realidad. Es el modo más eficaz de comprobar que las cosas que nos unen son más que aquellas que nos diferencian. Es la única manera de poder soñar con una verdadera fraternidad mundial que dé cabida a proyectos más justos de cara al futuro.
La paradoja empieza a formarse cuando siento que una lengua vehicular mundial es más necesaria que nunca para permitir que todo el mundo tenga acceso a todas las corrientes de pensamiento que existen, para que la cultura y la denuncia de las injusticias no sean el monopolio de los privilegiados que pueden permitirse el lujo de aprender varias lenguas o -simplemente- la lengua del poder (político o científico), para que la comunicación que permite el descubrimiento del otro alcance su máxima expresión...
La paradoja es ciertamente sorprendente: el francés me ha hecho descubrir la transcendencia del inglés.
En rajoutant un nouvel article en français à ma liste d'"Articles que j'ai aimé" je me rends compte d'à quel point le fait d'apprendre cette langue a été importante dans ma vie: le français m'a ouvert les portes d'auteurs et de mouvements que je soupçonne que j'aurais découvert beaucoup trop tard (en assumant que je les aurais découvert) si je ne parlais pas la langue de mes voisins européens. Cette langue a été porteuse de connaissances d'amis exceptionnels et d'idées qui m'ont profondément ému, bouleversé et transformé.
Cela étant, il en découle une conviction et une paradoxe.
Je me convainque que tout le monde (et spécialement les étudiants) doivent sortir de chez-eux, ils doivent quitter le confort de sa ville natale et des endroits familiers pour découvrir des nouveaux pays, langues et manières de concevoir la réalité. C'est la manière la plus effective de découvrir que les choses qui nous unissent sont beaucoup plus que celles qui nous rendent différents. C'est la seule manière de pouvoir rêver d'une vraie fraternité mondiale qui rende possible des projets futurs davantage justes.
Le paradoxe commence à prendre forme dès le moment où je ressens qu'une lingua franca mondiale est davantage nécessaire que jamais pour faire en sorte que tout le monde ait accès à tous les courants de pensé, pour empêcher que la culture et la dénonce des injustices soient le monopole de ceux qui peuvent se permettre le luxe d'apprendre beaucoup de langues ou -tout simplement- maitriser la langue du pouvoir (politique ou scientifique), pour favoriser que la communication qui permette la découverte de l'autre atteigne son développement maximum...
Le paradoxe est certainement majuscule: le français m'a fait découvrir la transcendance de l'anglais.
Canción del día / Chanson du jour
Intolerancias
2 months ago
7 comments:
Entranyable Alvar'o,
Ciertamente a mi me ocurrio lo mismo. El inglés me ha hecho descubrir la transcendencia del inglés. XDDD
Sobre todo ahora, que vengo de hablar con un profesor escoc'es con un acento de mil demonios.
Un abrazo.
En otro tiempo habría escrito un inflamado comment esperantista, pero chico, no llego a todo.
Es una pena que el inglés (o cualquier lengua nacional) se establezca como lengua franca, con una clara discriminación hacia el resto de comunidades lingüísticas... Aunque creo que, como señalas en ese post, los más perjudicados son los anglófonos que se quedan en el monolingüismo. ¡Boniatos! Que conste que lo del esperanto me sigue pareciendo una propuesta, cuanto menos, razonable. Pero tristemente cada vez soy más pragmático, y lo tengo medio abandonado.
Sabía que tendríamos que tocar el tema del Esperanto... gracias, Julio ;)
Evidentemente la propuesta del inglés como lengua franca plantea las objeciones de que estamos haciendo un gran favor a los que ya la hablan. ¿Por qué debería el mundo adaptarse al inglés? Algunas sugerencias:
1. Mero pragmatismo y statu-quo: el inglés ya está implantado y en camino de convertirse en lengua franca. Ya lo es casi de facto para los artículos científicos (al menos de las ciencias que conozco más de cerca).
2. Es cierto que el Esperanto puede reclamar una mayor universalidad que el inglés... ¿pero es veradaderamente Univesal (¡con mayúscula!)? Si no me equivoco, el Esperanto usa el alfabeto latino y, aunque recoge influencias de varias lenguas occidentales, no presta la misma atención a las lenguas orientales (chino mandarín, dialectos hindúes... por poner algún ejemplo...).
3.Artículo iluminador (al menos para mí): http://www.uclouvain.be/cps/ucl/doc/etes/documents/CastiglioneLongman.Hart.2006.pdf
En la pág 6 (o 220 según la numeración del documento) el autor aborda la cuestión del Esperanto.
Realmente, no puedo estar mas de acuerdo.
Estar aqui, con los problemas lingüisticos que conlleva: la sensacion de no encontrar las palabras adecuadas, de saber que la otra persona no ha entendido exactamente lo que quieres decir...no ha hecho sino ratificar mi idea de que debe uno esforzarse en pro de la misma racionalidad, ya que todos los argumentos dados son de ese tipo: es decir, el uso de una lengua vehicular es lo mas practico.
Para mi no tienen cabida las ideas que creen que una lengua representa un pueblo, lo siento, la lengua solo es parte de un pueblo. Sin embargo, tampoco me gustaria ofender sus argumentos emocionales, pasionales sobre la defensa de la identidad.
En conclusion, creo que es lo mejor y estoy cfompletamente de acuerdo contigo. En contra, solo puedo darte la razon por la imposicion de la racionalidad y el olvido y el alejamiento de tales corrientes emocionales.
Aunque, por cierto...¡ya sabes que me he apuntado a frances! Aunque si se pregunta porque, es sólo por curiosidad, un mero hobby.
Yo tampoco creo que la lengua deba ser empleada como reivindicación de una identidad nacional. Principalmente porque aún no he terminado de entender qué es eso de la identidad basada en términos nacionales.
Una cosa muy distinta, según mi punto de vista, es cómo toda lengua constituye un aparato cultural irrepetible, con contenidos y lecturas de la realidad extremadamente valiosos. Me da miedo pensar que podemos prescindir de todos estos matices culturales sólo con un poquito de nostalgia y un "qué le vamos a hacer, son los tiempos".
Y ahí paso la patata caliente, que en mi opinión va mucho más allá de una simple oposición entre obtetividad racional vs. emociones románticas (¡¡qué miedo dan los "objetivos-racionales"!!) ¿cómo conciliamos la necesidad de entablar proyectos universalistas con el respeto necesario de las realidades culturales y por tanto lingüísticas de los pueblos?
Me encanta: habéis destapado todos los matices que tenía en mente cuando escribí la entrada.
Sé por experiencia que el tema lingüístico levanta unas pasiones un tanto extremas en los debates. Intentaré recoger la patata de caliente de Pablo aprovechando para matizar la interpretación de mi post que se desprende de lo escrito por Rayko.
La existencia de una lengua franca no es, ni mucho menos, incompatible con el conocimiento de otros idiomas. La lengua franca tiene la ventaja de facilitar la comunicación y la transmisión de conocimientos de un modo más "estandarizado" pero me parece obvio que una persona que vaya a vivir a Francia tendrá que aprender francés y una persona que vaya a Rusia tendrá que aprender ruso. Lengua franca no es ni debe ser sinónimo de homogeneización lingüística o cultural.
¿Es esto factible? Absolutamente. Mi conocimiento del francés se basa en la enseñanza pública, un intercambio de dos semanas organizado por mi instituto (público), una experiencia de dos semanas en una ONG y, sobre todo, dos años de estudios en Francia en el marco de un programa organizado por mi universidad (pública). Mis conocimientos de inglés -antes del doctorado- se basaban en la enseñanza pública y en mi participación en el grupo internacional ofertado por mi universidad (la mitad de las clases se impartían en inglés). Creo en definitva que el status-quo ofrece un marco de referencia interesante que simplemente hay que mejorar: en las escuelas se enseñan las dos lenguas oficiales de la región (español y catalán) más el inglés (que, hay que reconocerlo, habría que tomarse más en serio... el status quo no es perfecto, como digo...). No hay nada especialmente revolucionario en mis opiniones, como veréis.
Soy consciente de todos los debates que existen en torno al catalán y las otras lenguas oficiales en España. Mientras sigan siendo lenguas oficiales y haya gente que quiera hablarlas, doy por sentado que deben enseñarse en las escuelas. Dejo deliberadamente de lado algunas otras cuestiones espinosas sobre si deben promoverse, si merecen una "discriminación positiva" o sobre el grado de exigibilidad en su conocimiento a los emigrantes. Es un debate largo que podemos empezar si queréis, pero ahora debo seguir trabajando...
Sintiéndolo mucho, por el momento, me inhibo del debate...
Son loops muy entretenidos, pero a veces se cansa uno de no encontrar soluciones firmes, y apetece ir a otra cosa.
¡Pero no temáis! ¡Cuando menos te lo esperes, vuelvo con más esperanto!
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