Quinlan es un implacable policía de fronteras con una de las virtudes que más aprecio y que intento aplicar siempre que puedo: el escepticismo crítico. El blog -tal y como lo concibo- no es el mejor lugar para desarrollar grandes reflexiones y exponer los argumentos con todos los matices y toda la prudencia que un análisis serio merece. Así pues, los blogs se convierten en el paraíso de los sabuesos de las imprecisiones, de los titubeos argumentativos, de la demagogia y de la palabra fácil. Territorio ideal para aquellos que, teniendo las ideas claras, pretenden comprobar hasta qué punto su interlocutor también ha meditado adecuadamente sobre la cuestión y es consciente de los miles de matices que deben tomarse en cuenta. El escritor soberbio o dogmático es una presa especialmente jugosa para estos policías de las ideas y de la justicia.
Con cierta vergüenza por escribir una entrada tan autorreferencial, recuerdo al lector que en una de las entradas anteriores me quejaba amargamente de la falta de perspectiva histórica y metodológica de la Economía neoclásica. En su comentario, Quinlan repetió una idea que ya expresó anteriormente con ocasión de una entrada similar: la falta de claridad a la hora de definir mi tan manida "economía neoclásica".
Debo reconocer que mis entradas incidieron sobre todo en mi descontento con la manera en que la Economía se enseña hoy en día y no me tomé la molestia de detenerme demasiado en los aspectos interesantes que encuentro en la "ortodoxia". Además, confieso abiertamente que mi conceptualización de uno de los elementos centrales de mis posts -el análisis neoclásico- es prácticamente inexistente. Grave problema dado que se trata del blanco principal de mis críticas. Sin querer alargar más esto, simplemente me ceñiré a los dos puntos principales que tenía en mente cuando empecé a escribir esta entrada. En primer lugar quisiera dejar claro que mi descontento nunca pierde de vista los muchísimos aspectos interesantes de todo lo que estoy estudiando. Por último, doy toda la razón a los policías de fronteras en un punto aún más crucial: es mejor no hablar demasiado cuando el objeto central del debate -la "economía neoclásica"- aún precisa un periodo de maduración mucho mayor para ser definido -¡u olvidado!- de manera más consistente. Todo esto puede sonar pedante, superficial u ocioso, pero si algún día quiero aspirar a ser investigador, creo firmemente que debo empezar por asumir la humildad y la honestidad intelectual que en mi opinión deben guiar esta profesión. Espero que este comentario sea tomado como una modesta declaración de intenciones en este sentido.
Canción del día / Chanson du jour
Intolerancias
2 months ago