Sunday, October 2, 2011

Tableta vs. Libro

Tal como en la duda clásica acerca de qué apareció primero, si el huevo o la gallina, tampoco se puede distinguir siempre si la demanda precedió a la oferta o si, por el contrario, fue la oferta la que puso en movimiento la demanda".
J. Saramago, Las intermitencias de la muerte.

Ya se lió gorda. Amazon saca su nueva tableta de lectura y de repente me encuentro con un torbellino a mi alrededor donde todo y todos empujan a pasarse al libro electrónico. Lo cierto es que hace tiempo que ando preguntando a gente por aquí y por allá y no lo tengo claro. No será por falta de comparaciones entre el I-Pad y el Kindle Fire o posibilidades de verlo de primera mano: a mi alrededor la gente compra rápidamente tabletas o lectores electrónicos como el Kindle. Todo esto, por cierto, me despierta en algunos momentos viejos debates y preguntas sobre el "dependence effect" o los debates económicos sobre el huevo y la gallina en su versión oferta creando demanda o demanda creando oferta... pero no nos desviemos aunque este pasaje haya servido para darle el toque cool a la entrada con la cita de turno de Saramago.
El caso es que aún me quedan algunas preguntas o dudas sobre el libro electrónico que es, al fin y al cabo, la única razón por la que contemplaría compararme un cacharro electrónico (mi recalcitrante conservadurismo electrónico hace que me siga negando a estar conectado al mail 17 horas al día). Enumero esas dudas con la esperanza de que algún magnánimo lector se digne a echar una mano:

* ¿Los formatos de los libros electrónicos son fácilmente compatibles o accesibles? Compruebo que el Kindle y el I-pad leen PDFs, así que creo que eso responde casi completamente la pregunta. Pero entonces la siguiente pregunta sería en qué medida es posible encontrar versiones electrónicas de los libros que me interesan. De entre los tres primeros libros que veo en una primera ojeada sobre el caos de mi escritorio (The Spanish Civil War, de Preston; República y Guerra Civil, de Casanova; y The Breakdown of democratic regimes: Europe, de Linz y Stepan) ninguno está en formato Kindle. Eso sí: Amazon me invita amablemente a solicitar al editor que estaría interesado en tener la versión electrónica...

* La maquinaria publicitaria de Amazon nos ha bombardeado con sus increíbles precios para la tableta cuando se compara con el I-Pad, pero... ¿hasta qué punto el precio del libro electrónico justifica la versión inicial en la tableta... especialmente si existe la posibilidad de comprar el libro de segunda mano...?

* Últimamente he adquirido la costumbre de usar banderillas de colores para marcar ideas primarias, secundarias, referencias, dudas, cuadros y gráficos interesantes... los libros acaban aseteados de marcas arcoiris tal y como podéis ver, pero facilita mucho la localización de los puntos más interesantes del libro:
[Sí: pongo muchas banderillas en los libros y mi cabeza emite luz]


¿Alguna contrapartida interesante del libro electrónico para rayar los márgenes como a mí me gusta y marcar las ideas principales?

Me parece fuera de toda duda que el libro electrónico podría tener cosas geniales como evitar que casi la mitad de mi maleta en los vuelos transoceánicos esté ocupada por voluminosos y pesados libros. Quizá el libro electrónico también aporte ventajas como la búsqueda de palabras o el ahorro de papel (¿es realmente esto una ventaja cuando hay mercado de segunda mano, bibliotecas públicas y la pérfida obsolescencia programada y la fabricación de las tabletas también deberían tenerse en cuenta a la hora de comparar el impacto ecológico de los dos productos?). De momento, y a la espera de que la gente aporte respuestas convincentes a las anteriores preguntas y logren que la balanza se decante claramente del lado de lo electrónico, me proclamo miembro de una pequeña aldea poblada de irreductibles y anacrónicos papelófilos que resisten todavía -¿y siempre?- al invasor electrónico.

5 comments:

Julio Souto said...

la tecnología analógica que muestras en la foto no tiene parangón digital.

Si nos paramos a pensar, el libro no es una tecnología tan mala (sobre todo si consideramos su consumo energético y de recursos), y bien entendida es bastante hackeable...

Ahora bien, acabo de realizar mi tercera travesía transatlántica (tu debes llevar unas cuantas más), y joer como pesan. Y qué coñazo...

Mia Wallace said...

Para mí es una difícil elección. Que soy fan de los gadgets no hace falta no decirlo... y mi duda está en iPad vs. Kindle Fire. Tienen sus ventajas, sobretodo, para aquel que viaja (como señala Julio.... anda que no pesan!!!!). Es cómodo y hoy día puedes encontrar casi cualquier libro en pdf (digo casi.... ). Lo peor.... que mi huella ecológica se dispara (aunque eso se debe en gran parte al hecho de no dejar el culo quieto y estar de aquí para allá).

Por otro lado, mi lado más romántico (que lo tengo, no te vayas a pensar... aunque me empeñe en esconderlo) siempre me ha hecho adorar (y ser una firme defensora) de los libros en papel. Me encanta el tacto, el olor. El hecho de de manosearlo, escribir en él, subrayar .. etc (vamos, lo que viene siendo maltratándolo.... además de hacer uso de las banderitas, como tú). Por muchos cacharros que haya yo seguiré haciendo uso de los libros de papel. De hecho, para mí, uno de los grandes placeres en ojear y churretear (aka curiosear) en las librerías...donde disfruto como una enana. No puedo evitarlo. Encontrarte con un libro que ni siquiera buscabas; aquel que ni siquiera sabía que existía y emocionarte como un niño (tú me has sufrido en esos momentos).

Para mi es difícil elegir uno de los dos. Como soy así de agonías... me quedo con los dos.

Alvagó said...

Creo que de momento me quedo con mis libros aseteados de banderitas: la mayoría de libros que leo son relativamente viejos y complicados de encontrar en formato electrónico (Douglass North, historia de España...).
Me imagino que tarde o temprano acabaré comprando un lector electrónico, pero de momento sigo fiel al papel, las cuidadosas selecciones y dilemas antes de los viajes y el discreto encanto de sentirme un abuelete-dinosaurio con tintes tecnófobos o conservadores. Es que se están perdiendo las buenas costumbres y esto ya no es lo que era...

Emili Morant said...

A mi las dudas sobre el libro electrónico, las tabletas, etc. me torturan más o menos como a ti. El angelito que se posa en mi hombro derecho me susurra que el coste de cualquiera de esos aparatitos es aún prohibitivo para las cosas que hace cada uno. El demonio que aparece al otro lado, por contra, sabe de mis debilidades (y en mi caso los cacharros lo son casi más que los libros) y hace progresos lentos pero imparables.

A falta de ver y tocar Kindle Fire (que se está situando en un interesante punto medio pero que aquí en España no lo van a vender aún), los lectores de tinta electrónica me parecen caros para tratarse de un simple "contenedor" y pequeños para leer los PDFs gratuitos (o no) a los que uno puede acceder, que suelen estar pensados para el tamaño folio. Además, leo demasiado pocos "libros" como para que el beneficio de la pantalla no retroiluminada me compense (eso de que molesta menos a la vista y tal).

Las tabletas me parecen mucho más interesantes aunque sea solo para leer texto: se pueden leer artículos de blog, etc. seguir los enlaces. Y son más grandes. Pero claro, aquí ya nos ponemos en precios escandalosos: el Ipad cuesta el equivalente a 3 años de consumo de móvil o a un par de años de gasto en libros (no compro ni leo tantos). Y se trata de una tecnología demasiado "joven" como para ofrecer garantías de durabilidad: yo sé cuánto tiempo me "dura" un PC nuevo, o un televisor, pero ¿cuántas cosas NO hará un tablet dentro de tres, cuatro años? ¿Se me romperá antes? No estoy esperando a que Apple lo rebaje - pero sí a que su competencia haga eso mismo, la competencia, y ofrezca algo menos pijo a un precio decente.

Lo grave es otra cosa. Mientras consulto webs, comparo precios, me informo del futuro de estos cacharros hay algo que me preocupa de verdad: que cada vez leo menos y peor. Tengo la sospecha que eso tiene algo que ver con cosas como que, allá donde voy (casa, trabajo) es ya más fácil encontrar y ponerse delante de un ordenador (y ceder al frenesí de quien pincha y pincha y lee en diagonal y sigue pinchando) que sentarse a leer con un poco de calma. Si creyera de verdad que con un cacharro de esos fuera a ser fácil reinventar mi antiguo hábito de leer, no pagaría lo que valen - pagaría el doble o el triple. Pagaría hasta por minuto de lectura. Pero me conozco, y para acabar leyendo el Marca y que mi hijo mire La casa de Mickey Mouse... mejor me ahorro los 500 euros.

Alvagó said...

Emili: gracias por el excelente comentario.
Poco tengo que añadir a tu análisis (excepto quizá que, dada la situación, "leer peor" no es un problema tan grande mientras LEAS... eso ya marca una gran diferencia con respecto a demasiada gente).
Creo que mantengo la misma intuición de base que tú: tarde o temprano el lector (o la tableta) caerán, pero de momento hay dudas y argumentos razonables para retrasar la transición digital en la lectura.
Una abraçada!

PD: Me uno al coro de lamentos por el cierre provisional de tu blog, aunque me aferro a lo de "provisional" y te confieso que creo que al fin y al cabo se trata de algo que todos los blogueros pensamos (y acabamos haciendo) en un momento u otro...