Monday, February 18, 2013

Ideología y II República Española


La visión de la II República Española y la Guerra Civil como un enfrentamiento entre dos ideologías rivales  resulta atractiva porque permite situar la experiencia española en un contexto más general. Para unos, la República sucumbió a la oposición y deslealtad de unas elites reaccionarias que nunca aceptaron el nuevo sistema democrático nacido en 1931. El cartel de la izquierda simboliza e identifica perfectamente a esas elites con la figura del militar, el rico y el sacerdote sosteniendo la capa de la espectral amenaza nazi. Para otros, el marco legislativo creado por la coalición republicana-socialista entre 1931 y 1933 fomentó la polarización política y la exclusión de una parte importante de la sociedad española. La radicalización de socialistas y anarquistas a partir de 1934 hizo el resto a la hora de abocar al país a una guerra civil.

Como decía, estas visiones son útiles porque permiten situar el caso de la II República y de la Guerra Civil en un contexto europeo más amplio, ya sea la lucha entre las democracias liberales contra los absolutismos o el choque entre dos órdenes totalitarios como el comunismo estalinismo y el nazismo. Dejando de lado mis dudas sobre que España reuniese las condiciones para implantar una democracia liberal estable y de que la fuerza de comunistas y fascistas fue muy reducida hasta el estallido de la Guerra Civil, creo que estas visiones tradicionales son problemáticas para entender la dinámica de la II República. Sin duda la ideología jugó un rol nada despreciable durante la inestable República.  Las etiquetas "fascistas" y "comunistas", o "reaccionarios" y "revolucionarios" son además sugerentes y apelan a sentimientos y convicciones muy profundos, pero también enmascaran la complejidad de intereses que coexistían en el seno de las distintas élites españolas al crear categorías demasiado simplistas. El enfoque "ideológico" impide centrarnos en cómo el conflicto entre las elites militares, eclesiásticas o financieras y las facciones que las componían afectaron a la II República. El ejército, por poner un ejemplo, presentaba divisiones de orden geográfico (africanistas contra peninuslares) o corporativo (Armas Generales contra Armas Facultativas) que afectaron seriamente la estabilidad política en España antes y durante la II República.

Una nueva visión de la II República debe empezar por identificar las distintas facciones que coexistían en el seno de las elites militares, políticas o económicas de la España de los años 30 y estudiar cómo sus intereses chocaron, afectaron y modelaron los hechos de uno de los periodos más trágicos e importantes de nuestra historia.

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