Friday, September 7, 2012

Free lunch

"There is no free lunch in theoretical analysis"
Mas-Colell, Winston y Green, Microeconomic Analysis

Hace unos días recibí un mail del departamento de Economía:
"Left over pizza in the Economics mailroom. Please feel free to help yourselves".
No dudo que la pizza voló a los pocos minutos de mandarse el mail. Me fascina la reacción de la gente ante los anuncios de comida gratis. En este caso el mail estaba más que justificado (la alternativa era tirar la pizza y que nadie la disfrutase) pero en más de una ocasión he observado con cierto estupor verdaderas carreras por hacerse con algún trozo de la pizza/pastel/tapa que se ofrecía en algún acto público de la universidad.

Puede que años de escasez y lucha contra la miseria hayan grabado a fuego un comportamiento ya casi instintivo y con mucho sentido evolutivo en las sociedades poco desarrolladas: lucha por hacerte con la máxima cantidad de comida "fácil" que se ponga a tu alcance dado que quién sabe si en el futuro será la subsistencia será más complicada. El razonamiento fue totalmente válido durante la mayor parte de nuestra historia cuando todo el mundo parecía condenado eternamente a la maldición malthusiana. Aún en nuestros días una gran parte de la población no ha escapado a la lucha contra la subsistencia. Sin embargo, este comportamiento es paradójico en lugares como los Estados Unidos o la Unión Europea donde se debe hacer frente al problema opuesto: más de un tercio de los estadounidenses son obesos y más de 25.5 millones de estadounidenses mayores de 20 años (esto es, el 11.3% del total) sufrían diabetes tipo 2 en 2010. Por si esto fuese poco, existe evidencia de que los hábitos en el consumo de carne occidental son excesivos y provocan serios problemas medioambientales.

A pesar de todo, tanto en España (cuando aún eran años de vacas gordas, por cierto) como en los Estados Unidos me he encontrado con que persiste nuestra fascinación y reacción cuasi-instintiva de abalanzarnos sobre la comida gratis.

Tal vez los años en la opulencia mitiguen estos hábitos forjados durante siglos. No obstante es interesante comprobar que las contradicciones generadas en y por el sistema sigue siendo una idea altamente sugerente y aplicable a campos muy distintos: el éxito del capitalismo en la producción de bienes y servicios no se ha visto acompañado de cambios igual de profundos en el comportamiento y reacciones de las personas. El resultado es un desafío mayúsculo e infinitamente complejo de solucionar en lo que respecta a la salud pública y la sostenibilidad de nuestras sociedades.

2 comments:

maguspe said...

No sé bien por qué he recordado a ciertas "termitas" que en la ciudad que tú sabes hacían verdaderos estragos.
Curiosa la naturaleza humana...

Alvagó said...

Bingo.
Aún así, las "termitas" tenían una media de edad avanzada y seguramente estuvieron más expuestas a años muy complicados que seguramente las marcaron. Sin embargo, he observado el mismo comportamiento ¡en estudiantes universitarios!