Mientras me voy acostumbrando a mi nueva vida de usuario habitual del metro, descubro que adquiero hábitos muy extendidos entre la fauna urbana de Washington. Cuando llegué a la parada de metro a las 6:58 de la tarde, me creí muy inteligente por merodear por la parada esperando a que fuesen las 7 para entrar. Mi paseo frente a las puertas de acceso me mostró que, como cabía esperar, mi comportamiento no era nada del otro mundo: otras personas hacían exactamente lo mismo mirando sin ningún disimulo el gran reloj digital que preside la taquilla de la parada. El metro aplica tarifas distintas y el tramo considerado "hora punta" es sensiblemente más caro que las horas "normales". La hora punta acaba a las 7:00.
1 comment:
Veo que aprendes los trucos rápido..... ;p
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