Wednesday, December 21, 2011

Dziga está de vuelta

Grandes noticias: Dziga ha vuelto. Nuevo diseño, más brillante, con más resolución, más moderno... pero con las mismas ganas de siempre de poner las cosas patas arriba y de tirar con bala.
Some! Hearts! Are! True!

Monday, December 19, 2011

In (moderato) dulci jubilo

"Tomo mis medidas: hágase la luz"
La Mandrágora, Un burdo rumor

Hace dos años que paseo tras las comidas, intento ir al gimnasio unos cinco o seis días por semana, he aprendido nociones básicas de nutrición y he logrado poder contenerme ante las muchas tentaciones que el maligno pone ante nosotros en las situaciones más insospechadas.

Hay días que llueve o hace demasiado viento cuando se pasea. Otras veces las piernas no responden en la cinta cuando apenas han pasado cinco minutos y uno intuye que los 35 minutos restantes no serán fáciles. Hay momentos así.

Resulta que un día cualquiera nos insertan un aparatito que mágicamente registra nuestra dulzura durante cuatro días seguidos. Una buena manera de comprobar cómo se están haciendo las cosas. Y cuando tras cuatro días uno mira al gráfico se encuentra con esto

Todo dentro de los límites recomendados (70 y 140) y minimizando la varianza. El resultado soñado.

Reconozco que me lo he pensado dos veces (o más) antes de escribir esta entrada. He encontrado al menos tres argumentos para convencerme de que no se trata de simple exhibicionismo. En primer lugar, hace poco leía en una revista especializada sobre la diabetes el alegato del actor Stephen Wallem, uno de los primeros actores en trasladar su condición de diabético a la pantalla a través de Thor, su personaje en Nurse Jackie. Wallem comenta lo que le sorprendió comprobar la ausencia total de diabéticos en series y películas. No había personajes diabéticos cuando las estadísticas nos dicen que los Estados Unidos cuentan con 25 millones de diabéticos y 50 millones de personas en riesgo de serlo. Wallem es diabético tipo 1 y decidió que era hora de mostrar abiertamente y sin ningún tipo de vergüenza su condición frente a las cámaras. Le parecía importante hablar de la diabetes, de lo que implica, de lo que es, de lo que no es... No puedo estar más de acuerdo con Wallem. Al margen de la lucha por la normalización en la mención o tratamiento de la diabetes, hay una segunda razón para la entrada: estoy orgulloso de mis resultados. Así de simple. Así de claro. Como decía, hay días en que el gimnasio no apetece demasiado, otros días me quedaría durmiendo la siesta o hablando con los amigos o con la familia en lugar de salir a pasear 20 minutos tras la comida, otras veces atacaría sin piedad el tiramisú -¡qué bueno está el tiramisú!- que me grita desde la carta de postres... No hay nada de heroico en las pequeñas decisiones cotidianas. Sí hay un compromiso para aprovechar la gran ventaja de mi situación: siempre tuve la sensación de que el futuro está en mis manos y que conviene aprovechar ese privilegio. Por desgracia, en otros países la vida del diabético sin duda es más dura y más cara: los aparatos para medir la glucosa en sangre pueden ser difíciles de encontrar, los suministros necesarios pueden ser caros o no estar cubiertos por el seguro médico... Yo tengo unas condiciones absolutamente privilegiadas para hacer "lo correcto" fácil y de manera asequible. Todo indica que hacer lo correcto con la comida, la medicación y el ejercicio da buenos resultados. Ver ese gráfico compensa con creces la molestia de cualquier viaje apresurado a casa para recoger la insulina olvidada o cualquier sesión terriblemente eterna en una cinta de correr o una máquina del gimnasio de Maryland. Por último, creí que convenía abordar el tema en el blog porque, tras anunciar su existencia todavía bajo el shock inicial hace ya más de dos años, era justo transmitir un mensaje de optimismo y de esperanza para todos aquellos que tuvieron la amabilidad de leer y preocuparse por mi estado y, sobre todo, para todos los que puedan verse en una situación similar. Sin heroicidades ni nada por el estilo, me quiero demostrar que se puede movilizar los recursos e informaciones de los que disponemos para poner las cosas bajo control. Que podemos encauzar de nuestra situación porque, al fin y al cabo, la diabetes puede combatirse de manera tremendamente efectiva. Podemos alcanzar un (moderadamente) dulce júbilo.

Friday, December 16, 2011

Beirut ya no son niños


Dicen que el primer concierto de Beirut fue un desastre: entradas a destiempo, falta de coordinación... Parece que la banda ha trabajado a conciencia para dejar esos momentos bien lejos. Zach Condon ha creado un grupo que ha interiorizado perfectamente los mecanismos y ha consolidado un repertorio bien trabajado y que funciona como un reloj en escena.

La banda se presentó en Washington como acostumbra: con todo el poderío de sus cobres por delante. Zach Condon (trompeta y fliscorno), Kelly Pratt (trompeta y tromba) y Ben Lanz (trombón y tuba para demostrar que esta sirve para algo más que poner banda sonora a los paseos de las personas gordas) hicieron temblar constantemente la sala. También acompañaba el genial Nick Petree en la batería (creo que no se valora lo suficiente el carácter único que este chico da a la banda), Paul Collins en el bajo y Perrin Cloutier en el inevitable acordeón, tributo de Zach a la música francesa y balcánica de la que se empapó en sus viajes europeos de adolescente.

Beirut se siente seguro cuando se envuelve en la impresionante voz de su líder, Zach Condon, y su increíble capacidad para componer canciones emocionantes y desbordantes de una personalidad que se ha consolidado definitivamente en el album que se presentó en esta gira: The Rip Tide. La banda mezcló muy hábilmente las nuevas canciones con algunos clásicos inolvidables -Postcards From Italy, A Sunday Smile, Nantes- para guiar al público y a los despistados que aún no se habían estudiado el nuevo disco.

La profesionalización de la banda tras los fiascos iniciales entraña un riesgo algo paradójico: todo parece calculado, los arreglos prácticamente calcan el de los discos, no hay demasiado margen para la improvisación o la reinvención de las canciones... La cosa podría volverse un poco aburrida o previsible. En este sentido se agradece que los bises se iniciasen con una versión de The Penalty a base únicamente de ukelele y -faltaría más- la voz de Condon y que también incluyesen una versión acústica de una canción tan electrónica como"My night with the prostitute of Marseille" (me imagino perfectamente a los padres de Zach leyendo el reverso del disco con los títulos de las canciones y negando con la cabeza y con gesto preocupado mientras mascullan "este chico...").

Puede que el grupo haya perdido un poco de esa espontaneidad y ternura que despertaba cuando a Zach se le olvidaba la letra en mitad de la canción o no recordaba qué canción venía después. Puede que el coste de tanto tiempo juntos y con un repertorio que ha evolucionado pero que mantiene una parte muy importante de los primeros álbumes sea crear una sensación de rigidez y poca espontaneidad. Poco importa: el sonido es excepcional, las trompetas y trombones ponen los pelos de punta en más de una canción, cuando Zach se pone francés nos emociona con su vals y el acordeón de Cloutier, cuando se pone balcánico/gipsy no hay quien se resista a saltar al ritmo de Siki Siki Baba (el final perfecto para los conciertos), los versos de Nantes o de Postcards from Italy son inmortales y uno acaba llegando a conclusiones sorprendentes como que resulta que Nantes estaba en Baltimore y, sobre todo, que la próxima vez que pasen cerca de nuestra ciudad, volveremos. Más que suficiente.


Beirut en 9:30 Club, 14/12/2011
1. Scenic World
2. The Shrew
3. Elephant Gun
4. Vagabond
5. Postcards from Italy
6. The concubine
7. A Sunday smile
8. Santa Fe
9. Forks and Knifes
10. East Harlem
11. Nantes
12. Goshem
13. Cherbourg
14. After the curtain
15. Mount Wroclai (Idle Days)

16. The Penalty
17. My night with the prostitute of Marseille
18. The Gulag Orkestar
19. Siki Siki Baba


Thursday, December 1, 2011

Redes sociales y actualidad

Acabo de encontrarme con esta imagen en la portada de elpais.com de hoy (1 de diciembre de 2011 a las 3:38pm en España):

Lo sorprendente es que la noticia más vista en la web del diario hoy día es una noticia sobre el bochornoso Aquilino Polaino que fue publicada hace seis años y medio.
El misterio se resuelve cuando al abrir mi página de Facebook compruebo que varias personas están enlazando y comentando la noticia. Parece que la victoria del PP en las pasadas elecciones ha despertado una reacción entre los defensores de los derechos de los homosexuales (véase también la noticia que figura en el noveno puesto de la lista).
Interesante demostración del poder multiplicador de las redes sociales para difundir información e influir en la actualidad. Lástima que la gente haya redescubierto estas noticias con doce días de retraso.