Cansado, el cazador dio mecánicamente las instrucciones al taxista para volver a su guarida. La lluvia caía fina sobre los cristales del auto y por la radio sonaba una versión del
Can't Take My Eyes off you que el cazador consideró un insulto al compararla con la canción de
Frankie Valli and the 4 seasons o incluso la de
Frank Sinatra. Mientras la ciudad y los arcenes tristes se deslizaba ante sus ojos, el cazador pensó en sus presas, en las que había cazado y en las que quedaban por cazar en su coto privado. De repente se estremeció al sentirse pequeño y solo. La certeza de que en realidad las presas lo habían cazado a él y de que esa vuelta a la guarida podía ser el tributo más evidente de ello lo hundió en su asiento mientras el taxi proseguía su camino en la noche.
4 comments:
La noche nunca es una buena consejera.
Seguro que este no era el director del FMI,a que no?
Hum. La verdad es que la idea de un cazador "à la DSK" estaba bastante lejos de la idea que tenía al escribir. Me resulta imposible ponerme en la cabeza de ese tipo de personajillos. Está bien que lo hayas comentado ;)
El cazador cazado, presa de su propia cacería, de sí mismo.
Very inspiring =)
Mil gracias, Oxnex. Tengo buenos maestros del relato corto en blogs que conoces bastante bien ;)
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