Wednesday, March 9, 2011

El infierno racional

A veces la oscuridad racional me parece demasiado espesa y poderosa. En esos momentos siento que el prisionero siempre confesará, que el dictador siempre dará un céntimo a su compañero, que el trabajador engañará al gerente en cuanto éste se dé la vuelta, que el altruismo sólo puede entenderse desde la acción egoísta... El tú o el nosotros se rinde al yo y los polizones campan a sus anchas. Nadie tomará la iniciativa. Mejor que lo hagan los demás y así muramos todos en la inacción más miserable soñando con el paraíso que pudo ser y no fue. Smith era un iluso o tal vez simplemente un desalmado que nos vendió una bonita historia de armonía. El velo de ignorancia sólo fue otra patraña más en un intento fallido de devolvernos noches de sueño tranquilo. En esos momentos siento que formo parte de ese vals racional que constituye nuestra victoria más impresionante pero también nuestra tumba más ineluctable. No habrá un "hombre nuevo" porque la idea nació viciada y porque el hombre (y la mujer) no van por ahí. Nuestro sueño de belleza y de fortaleza fue sólo eso: un sueño. A veces... por suerte... "a veces"...

Canción del día/Chanson du jour
Hang On To Each Other by Constellation Records

6 comments:

Mia Wallace said...

Alvagó,

me quedo con ese último "a veces" y la palabra Hope que esconde detrás.

A pesar de lo triste y algo gris de la entrada, me gusta este "mini curso" de teoría de juegos (y otros desatinos) que utilizas para describir un mundo, una realidad, una etapa...que supongo te rodea (o al menos lo hacía) en el momento de escribir el post.

Ánimo, Alvagó, ánimo!!!

Un besazo.

Hank Quinlan said...

No entiendo esta entrada, ni el mensaje de apoyo de Mia (¿ánimo?, a mí me dan ganas de darte una patada en el culo).

El mundo está lleno de dictadores que no dan ni un céntimo, porque prefieren morir matando; de amigos del alma que confiesan que fuiste tú; de altruistas bienintencionados capaces de levantarse y matar por su religión, su patria o su lengua; de inversores que se tapan la nariz al vender el bono justo antes de que el mercado reviente arrastrando a los demás a la ruina; y de progresistas divinos que giran la vista mientras leen su cuenta de facebook en el iPhone 4 y no leen la muerte de ese mendigo que tiene delante en la acera.

Esa es precisamente la gracia de la historia. Pará qué necesitaríamos la poesía, y la ciencia, si el mundo fuera una alfombra de cuerpos perfectos y mentes clarividentes y puras, todos juntos caminando desnudos de la mano por las nuevas avenidas, al ritmo de una canción de Yann Tiersen.

No hay otro camino, ni más hermoso, que el que nos mantiene de pie, contra toda esperanza, en un mundo real lleno de derrotas, canallas, sociópatas y revolucionarios de opereta, pero también repleto de frágil debilidad, de preguntas sin responder, de inmerecido amor y de tanta belleza.

Besos desde la France (para que sufras un poco...).

Hank Quinlan said...

No me tomes muy en serio...

Mia Wallace said...

Police Captain Hank Quinlan,

certero como siempre. Y no me queda más que reconocer que estoy de acuerdo contigo. Que el mundo es triste, gris, desalmado, malvado y perverso. Pero ( y como bien señalas) también da muestras de belleza generosidad y bondad que me hacen mantener esa esperanza (ingenua algunas veces, por qué no reconocerlo).

Lo de la "patada en el culo" (muy del estilo de mi santa madre y no negaré es una técnica bastante efectiva). Aún así, yo sigo dándole ánimos y alguna que otra colleja (... que sé que no se enfada ;-) ) a nuestro querido Alvagó.

PS: siempre te tomamos en serio... ;)

Alvagó said...

Gritar es un acto tan primitivo y estridente como liberador. Lo cierto es que creo que poca gente puede identificarse con la forma y el fondo de un grito y seguramente no sea aconsejable pararse a pensar demasiado en él; correríamos el riesgo de acabar por intentar defender lo indefendible.
Seguramente mi principal error haya sido el pegar un grito con un eco demasiado permanente. No es justo torturar y horrorizar a los demás con la reverberación eterna de una estridencia provocada por vaya usted a saber qué cortocircuito neuronal.

Los quiero.

Julio said...

Me ha encantado el post y la cadena de comentarios. Iba a dejar simplemente:

"Eppur, Linux si muove".

Por molestar un poco con mitos tópicos, los hay a patadas. Pero Quinlan me ha dado miedo: seguro que hay una ecuación que formaliza los incentivos racionales que hacen que doctorandos enterrados en pilas de exámenes saquen tiempo para compartir enlaces sobre teoría de juegos en un blog. Y fotos de esperanza que recuerdan a Bloch, y canciones de Yann Tiersen que incitan a caminar desnudo por las avenidas.

Gritos desde Brasil (para que sigas sufriendo, omitiré el detalle de que llueve).